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LO QUE NO VEN LAS ENCUESTAS

Digo que me gustas, pero votaré por otro.

Publicado: 2016-02-06

Las encuestas siempre han provocado polémicas, sobre todo si un político no se ve favorecido por ellas, y la última realizada por GFK no ha sido la excepción. La mayoría de conversaciones electorales tienen que ver con estas “supuestas tendencias”, muchos que se aventuran a hacer sus predicciones sobre quienes pasarán a segunda vuelta, la valla electoral, y quienes perderán la inscripción de su partido, etcétera. Lo cierto es que las encuestas se equivocan, y bastante. 

Pero, por qué digo que se equivocan, pues la razón es la siguiente. El voto en nuestro país es una decisión emocional y sensorial. Es una cuestión más metaconsciente, y las técnicas aplicadas en encuestas tradicionales para el recojo de información no tienen la capacidad de leer estos aspectos.

Por ejemplo; si una persona decide, comprar un auto, un reloj o la leche para la semana, tiene en cuenta una serie de variables, aun cuando no las perciba: “el color, el olor, diseño, popularidad y demás aspectos del producto”. Si usted va a comprar una botella de agua, en más de un caso ya tiene decidido que marca de agua comprar, puesto que ya hizo suya esa marca, ya se siente identificado con ella. Y es que el producto es una construcción cerebral, uno le atribuye propiedades, características al producto, no todos tenemos la misma idea de Adidas o Nike, o del Barcelona y el Real Madrid.

Una persona puede llegar a comprar un vino muy caro, porque cree que es el mejor, o comprarse una camisa Armany porque el significado que le da a esa marca es un reflejo de lo que ella piensa de sí misma.

Lo mismo sucede con el voto. Las razones por las que elegimos a un candidato pueden pasar por la forma de sus símbolo partidario, de su ubicación en las encuestas, de la ciudad de origen del candidato – trayectoria política - vida familiar, y una lista de nunca acabar que utilizamos para la elección de nuestro candidato.

Este proceso cognitivo de la elección del candidato, se realiza debajo del nivel de conciencia, es decir, no es una reflexión consciente la que realiza el elector. Es por eso que, como sostiene Nestor Braidot en su texto, Neuromarketing, ¿por qué tus clientes se acuestan con otros si dicen que les gustas tú?, que las técnicas tradicionales como los focus groups, la observación y las encuestas tienen “errores no muestrales” que explicarían el por qué un consumidor que dice gustar de un producto termina eligiendo otro, agrega además que ninguna de estas técnicas tienen la capacidad para lograr que emerjan los pensamientos profundos durante las entrevistas.

Por esta razón la “foto” hoy nos muestra a Keiko Fujimori con 32,6%, a Julio Guzmán con 10,4% seguido de César Acuña y Pedro Pablo Kuczynski, más atrás Alan García, Alejandro Toledo, Verónica Mendoza, Renzo Reggiardo y Daniel Urrestri, y Alfredo Barnechea sin aparecer, (a pesar de haber tenido muy buenas presentaciones en los sets de televisión), y que sin embargo, esta imagen puede cambiar, y no necesariamente por los sucesos políticos que acaecerán, sino porque hay elaboraciones cognitivas que las encuestas no pueden leer (sentir, olfatear), como la elaboración del candidato en la mente de los electores, o la idea que tienen del voto.

Ahora existen técnicas que permiten medir las reacciones neurológicas que tiene una persona hacia ciertos estímulos, como el modelo de un auto, el aroma de un perfume, la cara de un candidato, y son estas las que nos podrían dar una “foto” más cercana a las predisposiciones electorales.

¿Qué pasaría entonces si usaríamos esas nuevas técnicas? Probablemente, nos llevaríamos muchas sorpresas, y terminemos dándonos contra la pared, o quién sabe…


Escrito por

Manuel A. Castañeda Buquez

Politólogo de la Universidad Nacional Federico Villarreal.


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